Viajar se ha convertido, la mayoría de las veces, en algo muy decidido y programado a priori. Y cada vez hay menos espacio para algo tan importante como el sentimiento de aventura, de sorpresa, de descubrir, tan indisolublemente unido al hecho mismo de viajar.
En cualquier guía, blog o web encontramos detallada la historia, los lugares más destacados, los museos y sus colecciones, los parques y jardines, las costumbres y la gastronomía del lugar. Incluso una ristra de opiniones que nos sugieren qué hacer, dónde dormir, comer o hasta comprar. En consecuencia, pocas veces dejamos nada al azar y salimos al encuentro de esa experiencia única que es dejarse llevar por la curiosidad.
Y cuánto nos perdemos por dejarnos arrastrar por ese aluvión de información y opinión que otros nos dan. A menudo, acabamos condicionando nuestra propia experiencia.
Pero debemos saber que siempre hay un algo que no suele aparecer en las reseñas ni se mide por estrellas o en carteles a pie de hotel: el dejarse llevar, el rastrear en la idiosincrasia misma de cada lugar para dejarse impregnar por sus costumbres, por el latir de sus calles y su gente, por su ritmo y actitud ante la vida. Vivir la experiencia de viajar por uno mismo. No sentirse como un turista sino como uno más de esa ciudad que conoce por primera vez.
Por eso mismo, Home at Homes te presenta la posibilidad de alojarte en viviendas privadas, alejándote de la fría sensación de estar en un hotel. Nos gusta que nuestros clientes recorran las calles sin mapas en las manos, saluden al vecino de al lado cada día y sientan lo bello de viajar. Hospedarse en lugares repletos de otros turistas hará que no vivan la realidad del lugar al que van. Tampoco conocerán a su gente.
Por el contrario, queremos que todos aquellos que planean su viaje con Home at Homes vivan una experiencia real. Conocer las costumbres de allá donde viajan. Sentirse uno más.